La segunda entrega del Departamento Q, no me ha decepcionado. Es cierto que me gustó mas el primer caso, pero este no tiene desperdicio y te engancha con el mismo estilo que el primero.
En este, Carl Morck y su mano derecha Assad, se encontrarán encima de la mesa un expediente muy especial; en este caso si hubo un culpable, aunque cuando empiezan a tirar del hilo, se dan cuenta de las muchas irregularidades y cuestiones sin resolver que quedaron.
Un internado de niños herederos de grandes fortunas pero con importantes carencias afectivas por parte de sus familias. Un grupo. El rencor como chispa, las drogas y el alcohol como detonador, la violencia sin límites como canalizador. La sociopatía está servida.
Si te gustó "La mujer que arañaba las paredes", No puedes perderte este nuevo caso, te puedo asegurar que no te dejará indiferente.
Me declaro oficialmente muy fan de Adler Olsen.
Número de páginas: 512
Fecha de edición: 2011
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