sábado, 24 de octubre de 2020

La inquilina de Wildfell Hall

 


Número de páginas: 608
Editorial: Alba Minus
Año de publicación: 1848
Traducción : Waldo Leirós.




SINOPSIS

Tras muchos años de abandono, la ruinosa mansión de Wildfell Hall es habitada de nuevo por una misteriosa mujer y su hijo de corta edad. La nueva inquilina –una viuda, al parecer –no tarda, con su carácter retraído y poco sociable, sus opiniones a menudo radicales y su extraña, triste belleza, en atraer las sospechas de la vecindad, y a la vez la rendida admiración de un joven e impetuoso agricultor. 

Pero la mujer tiene, en efecto, un pasado... más terrible y tortuoso si cabe de lo que la peor de las murmuraciones es capaz de adivinar. La inquilina de Wildfell Hall (1848), segunda y última novela de Anne Brontë, une al bello relato de un amor prohibido e invernal el retrato intensísimo del fracaso de un matrimonio degradado por el abuso y la violencia, descrito “con una predilección morbosa por lo grosero, cuando no brutal” que escandalizó y repugnó a sus contemporáneos. 

De hecho, todavía hoy, la dureza, audacia y auténtico rigor de esta novela siguen siendo igual de sorprendentes y desafiantes.

TRAMA

Otoño de 1827. Comienza el relato de Gilbert  primer narrador en forma epistolar de esta novela, en la que relata a su cuñado, cómo conoce a Helen la misteriosa inquilina de la abandonada mansión de Wildfell Hall, junto con su hijo Arthur de cinco años.

Desde ese momento Gilbert, se enamora perdidamente de ella, y su afán por saber de ella, de su pasado y poder conquistarla, sumado a las habladurías que empiezan a circular por el lugar, nacidas del cotilleo y la envidia, hacen que Helen (la señora Graham) le entregue un cuaderno manuscrito por ella misma al que le arranca unas hojas finales. "Aquí tienes las respuestas a tus preguntas y dudas".
Comienza aquí la segunda voz narrativa, la de Helen relatando su historia y cómo ha llegado allí sola y con su hijo.




Una narración impecable, que refleja de manera fidedigna ala realidad social que la autora pudo observar en su vida cómo institutriz.

Una crítica mordaz y valiente a las abismales diferencias en los derechos de hombres y mujeres y al rol pasivo de la mujer de la época.



AUTORA






Anne, la menor de las hermanas Brontë, nació en 1820 en Thornton (Yorkshire), pocos meses antes de que la familia se trasladara a Haworth, donde su padre, el reverendo Patrick Brontë, había sido nombrado vicario perpetuo. Muerta la madre en 1821, Anne fue educada en familia por su padre y su tía, Elizabeth Branwell, hasta que a los quince años ingresó en Roe Head, la escuela donde su hermana Charlotte era maestra.

Entre 1839 y 1845 fue institutriz en diversas casas, y de su experiencia en este trabajo surgió su primera novela, Agnes Grey, (ALBA CLÁSICA, núm. XIV) que se publicaría en 1847 juntamente con Cumbres borrascosas, de su hermana Emily; un año antes, bajo el seudónimo –que nunca abandonarían –de Acton, Ellis y Currer Bell, las tres hermanas habían conseguido publicar un volumen de Poemas. En 1848, aparecería la segunda y última novela de Anne, La inquilina de Wildfell Hall (ALBA CLÁSICA, núm. XIII). Poco después, en mayo de 1849, murió de tuberculosis en Scarborough.


OPINIÓN PERSONAL

Valiente, audaz, bien escrita, crítica, y deliciosa, así ha sido la lectura de esta segunda y última novela de la pequeña de las Bronte.

Novela por la que pide perdón al inicio del volumen, por no edulcorar la realidad, por reflejar tal cual, sin  paños calientes una sociedad que ella observó y que le marcó tanto como para poder elaborar de manera fidedigna unos personajes asombrosamente humanos.

Considerada como la primera novela feminista, fue duramente criticada y repudiada por su contenido, sin que la autora declinase en su esfuerzo ante tal censura.

La protagonista Helen Huntingdon, es un personaje con el que he conectado desde el inicio de la lectura, una mujer fuerte, valiente y moral, con una capacidad de reponerse y de hacer frente a la adversidad memorable. Una mujer que huye de la pasividad y sumisión que era de esperar e el rol femenino de la época. 

Si bien su aspecto profundamente religioso y moralista (reflejo del de la autora) me ha crispado en alguna ocasión, he disfrutado mucho con ella, he sufrido con las vicisitudes que el "calavera" de su marido le hace padecer, y he deseado firmemente su plena felicidad.

Me parece una novela digan de estar entre las mejores lecturas de este año, una novela que me hace reafirmarme en la calidad de las obras clásicas y en el disfrute de su pluma y en la reflexión de ver como las emociones y los seres humanos no hemos cambiado tanto desgraciadamente  a lo largo de los siglos.

Una obra no tan famosa como las de sus hermanas (Cumbres Borrascosas o Jane Eyre) y que sin duda se debe a la censura sufrida en la época.

La RECOMIENDO en mayúsculas, es una verdadera maravilla, el contexto social, la critica, la perfilación de los personajes, todo.

Valoración personal: Excelente.

Lo mejor: El personaje de Helen es brutal.

Lo peor: El final, con las idas y venidas de Gilbert el coprotagonista y  uno de los narradores, se hace crispante a ratos.

 








2 comentarios:

  1. Me encantó "La inquilina...", la leí a principios de este año y coincido contigo en señalarla como una obra extraordinaria por muchas razones: valiente, innovadora, bien escrita... Y coincido contigo en que el final se me hizo un poquito largo con, como tú dices, tantas idas y venidas. Besos.

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    1. Lo he disfrutado mucho, ahora toca Jane Eyre para cerrar el triplete. Besos.

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